Dentro de una persona viven cosas ocultas

todo el mundo lo sabe no es un secreto

pero si son palabras mías

las cosas ocultas están cerca

del lugar donde nací

cuyo aroma se asienta cuando viajo

en autobús y llueve

o cuando cortan un árbol

y tengo la certeza de que se hace una herida

color rojo-magenta

como la luz que colorea de rojo el copero

y está en el sitio donde tu madre cocina

recetas nunca vistas

con las que sueñas

sobre un colchón plano que no existe

y está serrano a tu cuerpo

donde acomodo la cabeza

cuando debería abrir los ojos,

pero ellos me miran -burlonamente-

intuyen, acaso saben

que las cosas ocultas tienen un precio

y en dónde queda la casa

nosotros que no sabemos

lo que fue de aquel lugar sagrado

es imposible hacer esa pregunta

porque amamos lo que oculto nos habita

y tal visión es del libro de los recuerdos suprimidos

de tal modo que no son para mí cosas extrañas

esta tierra que me ha visto llorar desde la risa

ni este pájaro que aúlla de nostalgia.