Eduardo Chirinos
LO QUE MI PADRE QUIERE REALMENTE DE MÍ
1
Anoche tuve un sueño. Acompañaba a mi padre
por un camino de tierra. Los dos íbamos a caballo
y apenas cruzábamos palabras. A lo lejos se veía
la sombra de unos sauces, las luces de un pueblo
desconocido y remoto. De pronto, mi padre detuvo
su caballo y preguntó si yo sabía a dónde íbamos.
Le contesté que no. Entonces vamos bien, me dijo.
2
Los caballos del sueño sabían de memoria
el recorrido. Era cuestión de abandonar las
riendas, de dejarse llevar. Eso me causaba un
poco de aprensión, incluso un poco de miedo.
Mi padre, en cambio, parecía muy tranquilo.
Pensé, parece tranquilo porque está muerto.
3
Aquí es donde vivo, dijo como si me quitara
una venda. Fue muy poco lo que vi. Sólo un
páramo de piedras, remolinos de arenisca,
huesos de caballos amarillos. ¿Qué te parece?
No supe qué decir. Tenía sed y me dolía un
poco la garganta. Es un lugar hermoso, dijo,
pero a veces me gustaría regresar. ¿Por qué
no regresas, entonces?, pregunté. Porque es
más fácil que tú vengas me dijo. Y desapareció.
(De: Medicinas para quebrantamientos del halcón. Valencia: Pre-Textos, 2014)
رَأَيْتُ فِي المَنَامِ، لَيْلَةَ أَمْس، أَنِّي أُرافِقُ أَبِي
عَلَى طَرِيقٍ تُرابي. كانَ كِلَانا يَرْكَبُ حِصَانَهُ
وَبِالكادِ تَبَادَلْنَا الكَلام. مِنْ بَعِيدٍ كَاَنَتْ تُلْمَحُ
ظِلَالُ أَشْجَارِ صَفْصَافٍ وَأَضْوَاءُ قَرْيَةٍ
مَجْهُولَةٍ وَنَائِيَة. وفَجْأَةً، أَوْقَفَ أَبِي
حِصَانَهُ وَسَأَلَنِي إَنْ كُنْتُ أَعْرِفُ إِلَى أَيْنَ نَذْهَب.
قُلْتُ: لاَ. فَقَالَ: إِذَنْ هَذا أمْرٌ جَيِّد.
كَانَ الحِصَانَانِ فِي الحُلْمِ يَعْرِفَانِ الطَّرِيقَ
عَنْ ظَهْرِ قَلْب. وكَانَتْ مَسْأَلَةَ إِطْلاقِ
عِنَانٍ وانْسِيَاق. كُنتُ أَشْعُرُ
بِقَلِيلٍ مِنَ الرِّيبَةِ بَلْ ونَزْرٍ قَلِيلٍ مِنَ الخَوْفِ.
أَبِي، عَلَى العَكْس، كَانَ يَبْدُو مُطْمَئِنّاً جِدّاً.
فَكَّرْتُ أَنَّهُ يَبْدُو كذَلكَ لِأَنَّهُ مَيِّت.
هُنَا أَعِيش؛ قَالَها كَمَا لَوْ أَنَّهُ يُزِيلُ
عصَّابَةً عَنْ عَيْنَيّ. كَانَ قَلِيلاً مَا رَأَيْت. فَقَطْ
قِفَارٌ، صُخُورٌ رَمْلِيَّةٌ،
وَعِظَامُ خيولٍ صَفْرَاء. مَا رَأْيُك؟
لَمْ أَدْرِ بمَاذا أُجِيب. كُنْتُ عَطْشاناً وَيُؤْلِمُنِي
حَلْقِي قَلِيلاً. قَالَ إِنَّهُ مَكَاٌن جَمِيل،
لَكِنِّي أَحْيَاناً أَوَدُّ لَوْ أَعُود.
سَأَلْتُهُ: لِمَاذا لا تَعُودُ إِذَنْ؟
قَالَ: لِأَنَّ مَجِيئَكَ أَنْتَ أَسْهَل. ثُمَ اخْتَفَى.
إدواردو تشيرينوس
ترجمها عن الإسبانية : علي بونوا
Eduardo Chirinos
Eduardo Chirinos(Lima, Perú, 1960) es poeta, ensayista, traductor y autor de cuentos para niños. Sus libros de poesía son Cuadernos de Horacio Morell (1981), Crónicas de un ocioso (1983), Archivo de huellas digitales (Premio Copé, 1985), Rituales del conocimiento y del sueño (1987), El libro de los encuentros (1988), Canciones del herrero del arca (1989), Recuerda, Cuerpo… (1991), El Equilibrista de Bayard Street (Premio El Olivo de Oro, 1998), Abecedario del agua (2000), Breve historia de la música (Premio Casa de América de Poesía, Madrid, 2001), Escrito en Missoula (2003), No tengo ruiseñores en el dedo (2006), Humo de incendios lejanos (2009), Mientras el lobo está (XII Premio de Poesía Generación del 27, 2010), 35 lecciones de biología (y tres crónicas didácticas) (2013), Medicinas para quebrantamientos del halcón (2014), la antología personal Catálogo de las naves 1978-2012 (2012) y Reasons for Writing Poetry, antología vertida al inglés por Gary J. Racz (Londres, 2011). Desde 2000 reside en Missoula, donde se desempeña como profesor de literatura hispanoamericana y española en la Universidad de Montana.