Poetas del mundo
Mujer ebria mirando las estrellas
La que muere de poquito en poquito
entre trago y trago de mezcal de cerveza de ajenjo
de cosas imperceptibles para otros ojos
está ahí
al pie de la noche desnuda
con el maquillaje corrido
con lágrimas negras acariciando sus mejillas frías
La bella ebria mira arriba la pulsión estelar
pensando que ella es nada
sólo un trozo de carne rellena de puro dolor
A momentos observa su grasa elefantina y
su piel grisácea de ballena por donde
nunca surca la mano suave de algún amor
Sólo está la botella
El aliento etílico silbándole en su oído
el alcohol llenándole de rosas y jazmines las venas el hígado
las inconexas ideas
En la fiesta está el ruido de las sonrisas estúpidas de borrachos
iguales a ella
No siente a la soledad que la chupa
como un hueso jugoso
ni a los lirios muertos que lentamente
le van creciendo en el corazón
A los catorce años la obscenidad del amor
no existe
Supura entre las piernas
la herida
A los catorce el amor es un animal salvaje
desbocado
lúbrico
libre
El amor a los catorce nace
entre las piernas
Emerge entre el tibio toque de un dedo en el cuello
los muslos
el vientre
A los catorce probamos la baba fina y dulce
de un pulpo ávido de atraparnos
de hacernos suyas con sus tentáculos carnosos
y su lubricidad aprisionante
El amor es una baba amarga
espesa como la sangre
y el frío
Es brisa de mar
la primera sangre menstrual
El primer deseo
y su gozosa culpa