Ocaso en Isireri
Un par de loros volando a sus nidos
rayan con picos engarfiados
el inverso cielo de la laguna Isireri.
Benjamín Chávez Camacho (Santa Cruz, 1971). Ha publicado: "Prehistorias del androide" (Premio Fundación Cultural FEPO, Oruro, 1994), "Con la misma tijera" (1999), "Santo sin devoción" (2000), "Y allá en lo alto un pedazo de cielo" (Finalista en el concurso Yolanda Bedregal 2001-2003), "Extramuros" (2004), "Pequeña librería de viejo" (Premio Nacional de Poesía 2006), "Manual de contemplación" (Antología personal, 2008), "Historia de las invasiones perdidas" (2012).
Un par de loros volando a sus nidos
rayan con picos engarfiados
el inverso cielo de la laguna Isireri.
Contemplo mi rostro, más que inexpresivo, invisible.
Mudez de las horas y los motivos, la
laguna textual en esta página que
Ella es una estatua de hielo caliente
tiene alas de seda petrificada
y es una estatua de hielo caliente.
Remontando el río
las sigilosas piraguas del séquito real
se escabullen por entre la selva momentáneamente acallada.
Un instante a solas y ya garabateo versos.
La respiración agitada,
saltos de mata por palabras enmarañadas
Llaman otra vez a la puerta
y en la luz azul del televisor
sigo a la deriva.
Tras una inútil noche en tránsito sanguíneo
–la temblorosa piel-
-el quejido mínimo-
En la alta noche
la débil música de las suaves cosas.
Mientras el sueño consuma la quietud
Contemplo el paso de las horas
sin ferocidad ni resignación.
Las vidas de los hombres
Mesas vacías.
La barra atiborrada de vasos exhaustos.
Cubos de agua con detergente
En la certera devastación de la lluvia
―lento y rumoroso el tiempo―
agonía de la pretensión
Frente a mí
hay un libro abierto
una mujer