Ramón Cote Braibar

Direcciones opuestas

 

                                      Para Juan Felipe Robledo

 

 

Después de tres días de lluvia el sol

se compadeció de la ciudad. De inmediato

las calles se llenaron con llamativas

camisas y camisetas y faldas de todos los colores,

y de los viejos cafés salieron a todo volumen

enloquecidas baladas de amor de sus rocolas.

 

Aturdido por la ruidosa belleza del mediodía

me crucé a dos cuadras de la catedral

con una mujer de unos ochenta años

completamente vestida de blanco

-blanca y radiante como dice la canción-,

con sus zapatos de tacón alto y sus guantes

de seda que hacían juego con su traje

que esperó hasta este momento guardado

entre bolas de naftalina.

 

Haciendo tintinear con cierta coquetería

las monedas de oro de su brazalete,

reía para sí misma, compartiendo un gozoso

secreto que se dejaba adivinar entre sus arrugas,

disimuladas por toneladas de cosméticos

y perfumes y también polvos perfumados.

 

Una sombrilla como de principios de siglo la protegía

de la claridad reinante, dándole un poco de tregua

a la ansiedad de su mirada que no podía ocultar

las miles de fiestas a las que parecía haber asistido

-y presidido, tal vez- durante su prolongada existencia.

 

En esa calle que celebraba la presencia del sol

se encontraron nuestros ojos igualmente azules,

yo, acelerando el paso para llegar pronto al hotel,

con la tristeza de quien vuelve

a las dudas y a las deudas, ella, acelerando el paso

para llegar pronto a la catedral,

con la felicidad de quien va a cumplir la cita

de su definitivo y gratificante y quizás postrero

-nunca se sabe- matrimonio.

 

Si llegaste hasta ese día y hasta esa hora,

toda de blanco y toda llena de luz,

a una edad en la que la muerte ha dejado

de ser una sorpresa, fue para hacerme saber,

en dirección contraria y con destinos tan opuestos

que todo llega a su debido momento,

o para decirlo con un refrán que seguramente

estuviste repitiendo entre los dientes

que en todo juego largo hay desquite,

muchacho.

 

Empuñando con dulzura el mango tu sombrilla

te vi alejarte, apartando palomas, entre campanadas,

altiva y serena, envuelta en el brillo total

de tu convencimiento, como una niña que entra

a la iglesia llevando orgullosa una azalea blanca

el día de su primera comunión.

                           إلى خوان فيليبي روبليذو

 

 

 

بعد ثلثلة أيام ماطرة

أشفقت الشمس على المدينة.

وعلى الفور، امتلأت الشوارع بقمصان وبلايز وتنانير بكل الألوان،

ومن المقاهي القديمة، خرجت من السيديات أغاني الحبّ الصاخبة بأصوات مرتفعة ومنخفضة.

 

 

مذهولاً من جمال الظهيرة الفوضوي

تجاوزت الكنيسة بمائتي متر بصحبة امرأة ثمانينية

ترتدي لباسا أبيض

-أبيض وبهيٌّ كما تقول الأغنية،

حذاؤها بكعب عالٍ وقفَّازتاها من حرير

يتلاءمان مع ردائها الذي ظلَّ محفوظا حتى اللحظة

بين حبات النفتالين.

 

كان للقطع المعلقة بإسوارتها الذهبية

رنينٌ مغناج،

تضحك  مع نفسها

تبوح بسرّ مبهج

يمكن تخمينه من تجاعيدها

المدفونة تحت أطنان مساحيق التجميل

والعطور والبودرة المعطرة.

 

 

قبَّعةٌ من أوائل القرن تحميها

من الشمس المهيمنة،

وتخفف القلق البادي في عينين

يظهر بهما آلاف الحفلات التي حضرتها

وربما التي نظمتها

خلال حياتها الطويلة.

 

 

في هذا الشارع حيث يُحتفى بالشمس

تلاقت عينوننا المتشابهة في الزرقة،

وأنا أحثُّ الخطى لأصل بسرعة للفندق،

حزينا أفكر بشكوكي وديوين، وهي تحثُّ الخطى للوصول بسرعة للكاتدرائية،

سعيدةً كأنما تمشي –ربّما- لموعد زفافها النهائي

والأخير.

 

 

وما وصولكِ حتى ذلك اليوم وتلك الساعة،

بيضاء يكسوك النور،

إلى عمرٍ لا يكون الموت فيه مفاجئا،

إلّا لأعلم

باتجاه معاكس ومصائر متضاربة

أن كلَّ شيءٍ يصل للحظته المستحقة،

أو كما يقول مثلٌ لا بدّ أنَّك تردّدينه بين أسنانك

أن كلَّ لعبة طويلة يتبعها انتقام،

أيها الشاب.

 

ممسكة مقبض مظلَّتك بحنان

رأيتك تبتعدين، تُبعدين الحمام،

عن الأجراس،

متجبِّرة وهادئة، يلفّك بريق إيمانك

مثل طفلة تدخل

الكنيسة حاملة بفخر شجرة أزاليا بيضاء

في يوم قداسها الأول.

 

 

Ramón Cote Braibar

RAMÓN COTE BARAIBAR (1963)

Nació en Cúcuta. Es graduado en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado los libros de poesía Poemas para una fosa común (1984, 1985, 2005), Informe sobre el estado de los trenes en la antigua estacion de delicias(1991),El confuso trazado de las fundaciones(1992),Botella papel(1999, 2005), Colección privada(2003),Premio de Poesía Casa de América de Madrid,yNo todo es tuyo, olvido, Antología de poemas. (Bogotá, 2007).además, es autor de Diez de ultramar (1992), antología de la joven poesía latinoamericana, del libro de cuentos Páginas de enmedio (2002) y de la biografía Goya. el pincel de la sombra. (2005). En mayo de 2006 se publicó su Antología de la Poesía Colombiana del Siglo XX en España. sus artículos sobre arte y literatura han aparecido en diversas revistas nacionales e internacionales. En 2009 ganó el Premio Unicaja de Poesía con el libro Los fuegos obligados.