Alberto Quero

IMPATIENCE

I.

¿Cuál secreto me está siendo revelado en esta hora de fragor y presentimiento?

El tiempo sólo me promete  un horizonte blanquecino:

trato de halar la intermitencia de algo posterior,

algo que sea decisivo y permanente

y que pueda nombrar en esta búsqueda,

reciente y extensa.

Busco y no me importa resistirlo,

porque puedo superar cualquier escrutinio,                                  

¿Se me ha dicho algo oculto en este momento

de hambre y de duda?

Recorro las anchas veredas de cosas que

todavía no suceden,

los ásperos declives de una espera que me señala

¿Se me ha iniciado en algún rito

que luego deba recordar

con frecuencia y sosiego?

Me preparo furtivamente para deslizarme en lo lejano: ahora soy lo que aguardo

¿Bastará mi deseo para el traslado?

II

¿Entrego algo o sólo sobrevivo

en el cercano estancamiento de estos días?

Acaso sólo escuche:

aun me desborda la amplia dilación

de este instante, agudo y complicado.

Descifrar y adquirir digo ahora,

¿pero  a dónde conduce el sendero,

a veces imposible, de tanto lenguaje oculto?

Me pregunto si será suficiente conocer

los lentos procedimientos de la memoria,

sus vastos meandros.

Habré de añadir un traslado a la corriente

que me circunda

o esperar algún centro que me convoque

 

¿Quién está escondido detrás de esta hora,

abierta e interminable?

Sólo mis invocaciones y yo: artefactos para lo que sobra

Acepto el tiempo y el sigilo

escucho, pero sólo cuando escampa.

Dibujo todo lo que converge y lo que avizoro

en este momento angosto

porque ahora sólo disuelvo:

resido en la ausencia, y espero que ello sea efímero

III.

¿Debo esperar otro recorrido?

Después de mucho, se me ha dado la oportunidad de permanecer silente, escondido como el que está obsesionado con una búsqueda encubierta.

El tiempo es el único enigma en el que puedo pensar ahora:

todo lo demás es sólo atrevido y tremendo,

magro y flexible.

Ahora estoy obsesionado con un prodigioso clamor:

cada astrolabio que poseo apunta a la misma petición.

Ésta es la espera por la cual debo rogar,

aquí están los emblemas de mi ansiedad:

bajo mis sueños ellos yacen

y regreso es la palabra para mi prisa.

Elusión la llamo ahora,

 levedad y tal vez la ausencia de lo que

es más pausado.

Debo confesar que constantemente miro al cielo

tratando de recuperar un signo colosal:

la estrella desconocida bajo la cual debo navegar.

En este instante me recuerdo a mí mismo

mientras sigo buscando lo sabio y lo incondicional.

Todo debería ser menos distante,

o al menos eso espero:

actualmente paso la hora de mi niñez,

todavía inconclusa,

evitando mi larga ansiedad.

¿Qué conocimiento me espera,

me pregunto ahora,

cuando he descubierto que pertenezco

a una raza foránea?

Me escudo en esta distancia

que ahora se ha vuelto certera

Me escondo en una letanía subrepticia y clandestina

que a diario repito

durante las horas vacías de la espera..

¿Podré transformar la tardanza en inminencia?

Prefiero no llamar miedo a esta agitación

que me asedia,

apenas impaciencia.

Alberto Quero

Nació en Maracaibo, Venezuela. Narrador y poeta.

Es Licenciado en Letras, Magister en Literatura Venezolana y Doctor en Ciencias Humanas por la Universidad del Zulia. Miembro de la Sociedad Iberoamericana de Escritores, Asociación Venezolana de Semiótica, Centro de Escritores del Zulia.

Ha publicado cinco cuentarios: Dorso (1997), Esfera (1999), Fogaje  (2000), Giroscopio (2004) y Aeromancia, (2006). También ha publicado un poemario: Los que vinieron (2013)

Ha obtenido  los siguientes premios: Mención de honor en la XII Bienal de Literatura “Eduardo Sifontes”(1997), Segundo premio en el concurso estudiantil de poesía de LUZ (1998), Primer premio en el concurso estudiantil de cuentos de La Universidad del Zulia (1999), Primer premio en el concurso de poesía de La Universidad del Zulia (2001), Premio “Andrés Mariño Palacio”, otorgado por la Gobernación del Estado Zulia a escritores noveles (2002), Primer premio en el concurso de poesía “Por una Venezuela literaria”, Editorial Negro Sobre Blanco (2013).

Textos suyos han sido recopilados en “Los espejos plurales” (Poesía, Universidad del Zulia, 2000) y en “Cuentos de monte y culebra” (Cuento. Universidad de Los Andes, 2004).  Ha sido incluido en dos diccionarios de personalidades “Diccionario General del Zulia” (1999) y en “Quiénes escriben  en Venezuela” (2005)